Fotoliteratura infantil
4 MAR.
25 MAR.
A medida que la fotografía se desarrollaba después de su invención en 1839, la mejora de las técnicas de procesamiento e impresión y la producción, aceleraron la publicación de fotolibros. Pocas décadas después su lenguaje se puso a disposición de la literatura infantil, viviendo su máximo auge a mediados del siglo XX, no solo con la publicación de materiales de apoyo en tareas educativas sino también como soporte para la literatura de ficción. Su expansión se debió en gran medida a la colaboración de grandes fotógrafos y escritores como Sarah Moon, Ylla, Jacques Prévert o Karel Capek, y ya en nuestro siglo de reconocidas voces como Tana Hoban, el propio Bruno Munari o Timothee de Fombelle.